Te ahorramos el estrés de las preparaciones y seleccionamos las 20 visitas imprescindibles de Europa. ¿Eres un amante de la arquitectura? Déjate caer por la catedral abovedada de Florencia y la Sagrada Familia en Barcelona. ¿Te gustaría formar parte de la realeza? Dirígete a Versalles y al Palacio Ducal y descubre lo que es la buena vida. ¿No tienes claro lo que quieres hacer? Déjanoslo a nosotros.

1. Stonehenge
No se trata solo de un montón de piedras: Stonehenge ha estado rodeado de misterio desde su aparición en Inglaterra hace unos 4500 millones de años. Este monumento prehistórico desconcierta tanto a arqueólogos como a académicos y ha dado lugar a un gran número de teorías interesantes (aunque sin llegar a un verdadero consenso). De hecho, nadie parece tener claro por qué se construyó o cómo. Parece ser que los constructores neolíticos cargaron con estas gigantescas piedras unos 300 kilómetros desde Gales. Tendría sentido que hicieses el mismo recorrido (en autobús, no te preocupes) para ver en persona estas extrañas piedras verticales.

2. La catedral de Florencia
La construcción de esta impresionante catedral italiana se remonta a 1290 y duró unos cien años. Gracias a su gigantesca cúpula de ladrillo y su diseño único, sigue siendo una de las principales atracciones de la Toscana. Descubre por qué estos tres enormes edificios han sido declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco durante una larga y serpenteante subida por el interior de la cúpula.

3. El río Támesis
El río Támesis es el río más largo de Inglaterra y uno de los principales símbolos del extenso y enrevesado pasado de Londres. Cabalga sobre las olas durante un crucero desde Westminster a Greenwich y profundiza en la historia de Londres por el camino. Hay mucho que ver, como un faro y una pared cubierta de coloridos murales callejeros que solo se pueden apreciar desde el agua. El río también abastece a la ciudad con unos dos tercios de su agua potable, pero no te preocupes, está mucho más limpio ahora de lo que lo estaba en el siglo XIX.

4. La torre Eiffel
¿Hay algún símbolo más emblemático de Francia que la torre Eiffel? Dejando a un lado las boinas, las camisetas de rayas y la tendencia a fumar de los parisinos, la torre Eiffel es el símbolo definitivo de lo francés y una visita imprescindible en tu inminente viaje por Europa. Un crucero por el Sena con una copa de champán después de haber visto la ciudad desde lo alto tampoco te haría ningún daño. Salut!

5. La última cena
No es necesario tener ninguna creencia religiosa para apreciar La última cena, probablemente la pintura más conocida de Leonardo Da Vinci. Déjate caer por Santa Maria delle Grazie para ver esta obra maestra en persona y aprovecha para hacer un tour por la iglesia. Después podrás explorar Milán a tu propio ritmo: visita la catedral de Milán, compra hasta caer rendido, o haz una excursión de un día al lago Como.

6. La torre de la TV
Tiene gracia pensar que la torre de la TV, o Fernsehturm, se mandó construir por el Gobierno de la Alemania del Este como símbolo del poder comunista. Mucho después de la caída del muro, la torre se convirtió en el símbolo de una de las ciudades más libres y radicales del país. Visita esta torre emblemática durante tu próximo viaje a Berlín y contempla una panorámica de la capital “pobre, pero sexy” de Europa. Haz una parada para disfrutar de un almuerzo de dos platos con espectaculares vistas de 360 grados desde una de las plataformas de observación más altas de Europa.

7. El palacio de Versalles
Visita el ostentoso palacio de Versalles de Luis XIV y descubre lo que ocurre cuando se da rienda suelta al poder real. Entre la Galería de los Espejos y sus 700 habitaciones es fácil perderse, así que parece evidente que necesitarás un tour guiado por el palacio para absorber su magnífico esplendor y conocer el desenfreno que tuvo lugar entre las paredes de este majestuoso patio de recreo. Tampoco estaría de más adelantarte al resto de los plebeyos (¿a quién le gustan las multitudes?) para disfrutar de un acceso exclusivo al palacio.

8. Sagrada Familia
Esta basílica inacabada de Barcelona es ampliamente considerada la obra maestra de Gaudí. También es el lugar donde descansa el famoso arquitecto español. Visita obligatoria para los amantes del arte y la arquitectura, se recomienda hacer un tour guiado con un especialista para profundizar en su combinación surrealista de estilos gótico, art nouveau y modernista. Tampoco te olvides de llevar la cámara. Cuando la luz entra por las vidrieras…bueno, ya lo verás por ti mismo.

9. Pompeya
Pompeya es una antigua ciudad romana conocida por su dramática extinción en el 79 d. C. Antes de su trágico final bajo las cenizas, Pompeya era conocida por sus baños públicos, villas, lugares de reunión y templos. Tras la erupción del monte Vesubio, la ciudad quedó cubierta por casi seis metros de cenizas. Debido a las dimensiones de la erupción, las cenizas pudieron preservar obras de arte, mosaicos, frescos y artefactos de la vida cotidiana. Esto convierte a Pompeya en el destino ideal para que los aficionados a la arqueología aprendan más sobre su pasado durante un tour guiado con un arqueólogo profesional.

10. London Eye
Puede que solo parezca una noria gigante, pero, según la descripción oficial, el London Eye es la “noria de observación en voladizo” más alta del mundo, y te permitirá contemplar la ciudad desde todos los ángulos posibles. Dejando estas sofisticadas descripciones de lado, la vista desde la cima es bastante impresionante. Olvídate de las endebles cabinas al aire libre llenas de parejas besuconas de los parques de atracciones tradicionales: aquí verás unas modernas cápsulas con capacidad para transportar hasta a 25 personas al mismo tiempo.

11. La Galería Uffizi
Olvídate de las colas con un tour para grupos reducidos por la Galería Uffizi y sumérgete en el Renacimiento. Esta galería mundialmente famosa es conocida por su colección de obras de Leonardo Da Vinci y Miguel Ángel, entre otros. Una visita a la Galería Uffizi no solo te da la oportunidad de ver de cerca obras maestras, con un tour guiado también podrás conocer de primera mano obras de arte menos conocidas que los turistas suelen pasar por alto. Bonus: descubre si te quedas paralizado (como cuenta la leyenda) tras contemplar a la famosa Medusa de Caravaggio (con su cabello de serpientes y todo). Si no te quieres arriesgar, deja que tu compañero de viaje lo intente primero.

12. Las Catacumbas de París
Únete a los 300 parisinos que suelen explorar los túneles subterráneos que se esconden bajo París, conocidos como las Catacumbas (o les k’tas, en francés). Es ilegal acceder a la mayoría de las secciones, pero hay una pequeña área que está oficialmente abierta al público y sin duda merece una visita. Si te asustas fácilmente, ten en cuenta que más de seis millones de cráneos y huesos decoran las salas de esta antigua mina de piedra.

13. Parque Güell
Que no te sorprenda que el Parque Güell parezca sacado de un cuento de hadas: este popular lugar de Barcelona es otra de las creaciones de Antoni Gaudí, el famoso arquitecto cuyo característico estilo extravagante impregna toda la ciudad. Escucha el sonido de los loros, los colibríes y otras criaturas mientras paseas por este exuberante parque que se encuentra abierto al público y es prácticamente gratis.

14. El Louvre
Explora el museo de arte más grande y visitado del mundo (de la mano de un guía con experiencia, por supuesto), y descubre por qué este lugar es considerado un importante monumento histórico de Francia. Antes de trasladarse a Versalles, el Louvre fue el antiguo palacio de Luis XIV y es aquí donde posteriormente conservó su amplia colección real. Actualmente, el museo alberga 38.000 obras de arte. Un día recorriendo las numerosas galerías del Louvre constituye una magnífica lección sobre la historia del arte occidental.

15. El Círculo Dorado
El Círculo Dorado es una preciosa ruta por el sur de Islandia que cubre unos 300 km de paisajes y atracciones del país. Pasa por cascadas impresionantes, volcanes en activo (se dice que el Strokkur entra en erupción cada cinco o diez minutos) y un gran parque nacional. Si decides viajar a este país nórdico, es la forma más directa y simple de disfrutar del espectacular paisaje islandés. Simplemente piensa en las fotos que vas a poder hacer.

16. El río Sena
Si París es la ciudad de los enamorados, el Sena es donde se van de pícnic. Este río que bordea París inspiró a Monet para pintar su famoso ciclo de Los nenúfares. Disfruta de tu propia historia de amor durante un crucero por el río al atardecer y deja que la música amenice el recorrido mientras contemplas la iluminación de los monumentos más famosos de la ciudad, como la torre Eiffel y el Louvre.

17. La torre de Londres
La torre de Londres lo tiene todo: joyas, beefeaters, cuervos sobrevolando el perímetro e incluso un jardín en el que algunas de las mujeres de Enrique VIII encontraron la muerte. El lugar cuenta una historia de encarcelamientos, tortura e intriga. En otras palabras: asuntos reales muy oscuros sobre los que podrás aprender más durante un interesante tour con un custodio yeoman.

18. El Palacio Ducal
El Palacio Ducal es el símbolo más emblemático de Venecia. Esta antigua residencia y sede del Gobierno veneciano no solo es una obra maestra de la arquitectura gótica, también es un museo. Realiza un tour guiado para conocer todos los entresijos del palacio y explora pasadizos secretos, cámaras de tortura y el Puente de los Suspiros. Y lo que es mejor, si quieres visitar el palacio sin aglomeraciones, elige el tour nocturno.

19. La Alhambra
La Alhambra, uno de los palacios medievales más misteriosos y ricamente decorados del mundo, deja a los visitantes sin palabras año tras año con sus más de 10.000 grafías árabes grabadas en paredes y techos. Descifra los textos por ti mismo durante una excursión a este maravilloso palacio y descubre las residencias reales, columnas de mármol y jardines exuberantes que componen este complejo real.

20. El Coliseo
Prepara tu grito de gladiador para visitar el anfiteatro más grande del mundo y lugar de celebración de luchas entre hombres y animales salvajes durante la época romana. Sigue las huellas de los gladiadores durante un tour por la arena que incluye la entrada sin colas y descubre una parte del Coliseo que normalmente tiene acceso restringido.